Teodomiro no vivió en el siglo IX d.C. durante el que se ambienta la trama principal de "Mursiyya, el talismán del Yemení", sino entre los siglos VII y VIII d.C.
Sin embargo, en esta novela algunos personajes hablan entre ellos en diversas ocasiones de la historia de la cora o provincia de Tudmir (pues al final todo lo que sucede entre los siglos VIII y IX y se cuenta en esta obra va cobrando sentido según va avanzando la trama y pasa a formar parte, de alguna forma, de la misma, redondeándola) y recuerdan el momento en que el ejército musulmán de Abdelaziz invade el sureste de la península ibérica y se enfrenta a este gran estratega visigodo (enfrentamiento que se daría en el año 713 d.C.).
De esta manera, los personajes del siglo IX d.C. que protagonizan esta novela histórica hacen que el Teodomiro del anterior siglo cobre vida en sus conversaciones y recuerdos y por eso vamos a hablar de él, como hablaremos en otro post de su sucesor, Atanahildo.
Teodomiro
¿Pero quién era Teodomiro? Algunas fuentes llegan a afirmar que los árabes lo llegaron a conocer con el nombre arabizado de Tudmir ben Gabdus y que de ahí viene el nombre con el que se refererían a la cora murciana, aunque no todos los historiadores están plenamente de acuerdo en esto.
No se sabe mucho sobre su vida, aunque se cree con bastante certeza que pudo morir en el 743. Perteneció a la corte del rey visigodo Egica, que gobernó la península entre los años 687 y 700 d.C. y tuvo como responsabilidad defender las costas levantinas de los intentos de invasión de la península por parte de los bizantinos. Además, con su flota repelió algún primer ataque de los musulmanes, que ya tenían ganas de apoderarse de nuestras tierras. De hecho, fue durante el reinado conjunto de Witiza y Egica (que correinaron entre el 700 y el 702/703) cuando Teodomiro repelería uno de los ataques más importantes de la flota bizantina. Batallas y enfrentamientos que, sin duda, ayudaron a Teodomiro a desarrollar y mejorar sus habilidades de lucha.
Así llegó el año 711 d.C. en el que participó en la batalla de Guadalete bajo las órdenes de don Rodrigo, siendo las escuadras bajo el mando de Teodomiro las que más fieramente lucharon contra el ejército invasor, aunque esto no fue suficiente para evitar la derrota de las tropas cristianas. En cualquier caso el coraje del noble oriolano y su capacidad estratégica le hicieron ganarse el respeto de los musulmanes que hubieron de enfrentarse más adelante a él en diversas ocasiones hasta la firma del pacto de Tudmir.
El pacto de Tudmir
Cuando Abdelaziz (después de una batalla mencionada en la novela "Mursiyya - El talismán del Yemení") llegó con su ejército a las puertas de Orihuela, Teodomiro (Tudmir), tal y como se describe en nuestra obra, le ofreció al jefe musulmán un acuerdo de paz que quedaría sellado en un pacto conocido por la historiografía murciana y española como El pacto de Tudmir (posiblemente el primer documento oficial que se conserva de la invasión árabe de la península).
En este documento se acordó una serie de privilegios (a cambio del pago de unos impuestos) para los cristianos de la cora de Tudmir (un cierto nivel de autogobierno, el respeto hacia sus propiedades y cultos religiosos, etc.). Algunos historiadores, sin embargo, opinan que no se puede considerar este pacto tan ventajoso como otros expertos defienden.
En cualquier caso el mencionado pacto se mantuvo vigente durante décadas, incluso tras la muerte de Teodomiro, al que sucedió Atanahildo (quizás su yerno o su hijo). Bajo el "mandato" de este, que al igual que Teodomiro ejercía la representación de la población cristiana, acabó rompiéndose el tan famoso acuerdo del sureste peninsular.
Y poco más podemos contar si no queremos destripar demasiado el contenido de la novela. Pronto hablaremos de otros personajes reales de la misma.
Teodomiro
¿Pero quién era Teodomiro? Algunas fuentes llegan a afirmar que los árabes lo llegaron a conocer con el nombre arabizado de Tudmir ben Gabdus y que de ahí viene el nombre con el que se refererían a la cora murciana, aunque no todos los historiadores están plenamente de acuerdo en esto.
No se sabe mucho sobre su vida, aunque se cree con bastante certeza que pudo morir en el 743. Perteneció a la corte del rey visigodo Egica, que gobernó la península entre los años 687 y 700 d.C. y tuvo como responsabilidad defender las costas levantinas de los intentos de invasión de la península por parte de los bizantinos. Además, con su flota repelió algún primer ataque de los musulmanes, que ya tenían ganas de apoderarse de nuestras tierras. De hecho, fue durante el reinado conjunto de Witiza y Egica (que correinaron entre el 700 y el 702/703) cuando Teodomiro repelería uno de los ataques más importantes de la flota bizantina. Batallas y enfrentamientos que, sin duda, ayudaron a Teodomiro a desarrollar y mejorar sus habilidades de lucha.
Ilustración cortesía de Francisco Miñano Pellicer |
Así llegó el año 711 d.C. en el que participó en la batalla de Guadalete bajo las órdenes de don Rodrigo, siendo las escuadras bajo el mando de Teodomiro las que más fieramente lucharon contra el ejército invasor, aunque esto no fue suficiente para evitar la derrota de las tropas cristianas. En cualquier caso el coraje del noble oriolano y su capacidad estratégica le hicieron ganarse el respeto de los musulmanes que hubieron de enfrentarse más adelante a él en diversas ocasiones hasta la firma del pacto de Tudmir.
Ilustración cortesía de Francisco Miñano Pellicer |
El pacto de Tudmir
Cuando Abdelaziz (después de una batalla mencionada en la novela "Mursiyya - El talismán del Yemení") llegó con su ejército a las puertas de Orihuela, Teodomiro (Tudmir), tal y como se describe en nuestra obra, le ofreció al jefe musulmán un acuerdo de paz que quedaría sellado en un pacto conocido por la historiografía murciana y española como El pacto de Tudmir (posiblemente el primer documento oficial que se conserva de la invasión árabe de la península).
Ilustración cortesía de Francisco Miñano Pellicer |
En este documento se acordó una serie de privilegios (a cambio del pago de unos impuestos) para los cristianos de la cora de Tudmir (un cierto nivel de autogobierno, el respeto hacia sus propiedades y cultos religiosos, etc.). Algunos historiadores, sin embargo, opinan que no se puede considerar este pacto tan ventajoso como otros expertos defienden.
En cualquier caso el mencionado pacto se mantuvo vigente durante décadas, incluso tras la muerte de Teodomiro, al que sucedió Atanahildo (quizás su yerno o su hijo). Bajo el "mandato" de este, que al igual que Teodomiro ejercía la representación de la población cristiana, acabó rompiéndose el tan famoso acuerdo del sureste peninsular.
Y poco más podemos contar si no queremos destripar demasiado el contenido de la novela. Pronto hablaremos de otros personajes reales de la misma.
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